Hay amores que no se van, amores que llegan como magníficas tormentas, te arrastran, te seducen, y cuando el mar por fin ha quedado en calma te das cuenta de que debes desterrarlos… desterrarlos no, matarlos, si es que quieres sobrevivir.
Esta es la historia de una de esas tormentas: la brisa que la precedió, la ventisca que desataron sus traiciones, el silencio en que se ahogó por fin.
Esta podría ser la guía de un amor asesinado, porque las tempestades son un milagro erótico y oscuro que ninguna mujer quiere compartir.
AMADOS DOS
Escrito el 28/08/2024
DAYLIS TORRES SILVA