Si tu éxito depende de que alguien más desaparezca, entonces no estás teniendo éxito en absoluto.
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Antes de abrir la boca para decir cualquier cosa, la que sea, asegúrate de poder encajar la respuesta, porque rara vez tu palabra será la última palabra.
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Si acepta la ruptura con gracia y elegancia, casi como si no le importara, solo para corretearte tres semanas después… No te confundas, no le llegó la epifanía de que no puede vivir sin ti, simplemente te dio tres semanas para arrepentirte y volver bajo sus términos, hasta que se dio cuenta de que no lo ibas a hacer.
El problema de aprender a reconocer a un narcisista manipulador, es que luego es como un par de lentes que ya no logras quitarte.
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No confundas ambición con avaricia. La ambición es lo que te mantiene en crecimiento, la avaricia es la receta para destruir lo que tu ambición ha conseguido.
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Ver a alguien siendo manipulado es triste, pero comienza a ser gracioso en el mismo momento en que lo ves convertirse en un perro de presa, porque todavía no ha sido capaz de percatarse de la correa.
No tienes que decirle a un hombre adulto cómo tratarte.
Si no lo ha aprendido hasta ahora, ¿por qué insistes en convertirte en su maestra?
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No logro entender el sistema de pensamiento de los que insisten en llamar “mujer empoderada” a alguien que solo es un ser humano adulto funcional.
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Si alguien te dice: “Si me quiere, tienes que quererme como soy”, es como advertirte de antemano que te va a lastimar y que aún así estés lista para aguantárselo.
Nunca vas a poder estar en paz con todo el mundo, con que estés en paz contigo misma tendrá que ser suficiente.
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No confundas desahogarte con tu pareja, con desquitarte con tu pareja.
En la primera son dos contra el problema, en la segunda, el problema eres tú.
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Un hombre que te ame te enseñará a ser fuerte por si un día te falta.
Con un hombre que no te ame siempre tendrás que ser fuerte, porque siempre te faltará aunque esté a tu lado.