Sesión 1253. Consulta de la doctora Serrano, Especialista en Psiquiatría.
—A veces siento que dentro de mí hay dos voces peleando todo el tiempo. Una que quiere estar con alguien, ser como todo el mundo, y otra que me grita que no confíe, que me aleje para no salir lastimada.
La doctora me mira como si viera mi caso todos los días.
—¿Y cuál de esas voces gana más seguido?
Ella lo sabe, yo lo sé, pero las dos sabemos que tengo que contestar.
—Depende del día... Hoy, la que quiere compañía está más fuerte, pero la otra me paraliza. Es como querer correr hacia alguien y chocarme contra un muro invisible.
—¿Te has dado permiso para sentir esa contradicción?
—Trato de aceptarla, aunque a veces me agota tanto que siento que voy a explotar. No sé si alguna vez podré confiar en alguien de verdad.
—El miedo es válido, Amy. Has pasado por cosas muy duras. Pero estás aquí, y eso ya es un paso gigante.
Ella sonríe, siempre sonríe con una mezcla de comprensión y amabilidad que debe funcionar con la mayoría de sus pacientes, pero que a mí solo me hizo efecto al inicio, cuando creí que tomar terapia de verdad cambiaría todo.
Trece años después lo entiendo mejor: jamás voy a estar en paz mientras el hombre que me secuestró siga ahí afuera. Mientras pueda volver por mí.
—¿Puedo preguntarle algo?
Frunce el ceño porque normalmente la comunicación es bastante unilateral entre nosotros.
—Sí, claro.
—¿Todas las personas a las que usted ve, están así tan jodidas como yo? —pregunto y la veo respirar.
La pregunta en sí es una trampa involuntaria, lo sé, porque no importa que diga que sí o que no, las dos respuestas implican que estoy jodida.
—No todos los casos son tan graves como el tuyo, si eso es lo que quieres saber —me explica— Algunas personas vienen para superar la pérdida de un ser querido, incluso de sus animalitos de compañía. Otros vienen porque tienen ansiedad social. Otros simplemente tienen problemas comunes y vidas comunes, pero no saben cómo manejarlos.
—O sea que hay casos con esperanza… —murmuro para mí misma y ella no me rebate, solo me analiza.
Quizás esté pensando en si hablo de esperanza para mí, pero solo quiero saber si quizás Josh está tan loco como yo para tener una terapeuta.
Sea como sea, parece que no estoy sola en el barco de los locos.